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miércoles, 13 de junio de 2018

ESTO HAY QUE LEERLO

Un desgarrador poema de
Warsan Shire.
Una poeta Somalí que desconocía y nos abre los ojos y el alma.
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Nadie abandona su hogar, a menos que su hogar sea la boca de un tiburón.
Solo corres hacia la frontera cuando ves que toda la ciudad también lo hace.
Tus vecinos corriendo más deprisa que tú. Con aliento de sangre en sus gargantas.
El niño con el que fuiste a la escuela, que te besó hasta el vértigo
detrás de la fábrica, sostiene un arma más grande que su cuerpo.
Solo abandonas tu hogar
Cuando tu hogar no te permite quedarte.
Nadie deja su hogar
A menos que su hogar le persiga,
Fuego bajo los pies,
Sangre hirviendo en el vientre.
Jamás pensaste en hacer algo así,
Hasta que sentiste el hierro ardiente
Amenazar tu cuello.
Pero incluso entonces cargaste con el himno bajo tu aliento,
Rompiste tu pasaporte en los lavabos del aeropuerto,
Sollozando mientras cada pedazo de papel te hacía ver
Que jamás volverías.
Tienes que entender que nadie sube a sus hijos a una patera,
A menos que el agua sea más segura que la tierra.
Nadie abrasa las palmas de sus manos bajo los trenes, bajo los vagones,
Nadie pasa días y noches enteras en el estómago de un camión,
Alimentándose de hojas de periódico, a menos que
Los kilómetros recorridos signifiquen algo más que un simple viaje.
Nadie se arrastra bajo las verjas, nadie quiere recibir los golpes ni dar lástima.
Nadie escoge los campos de refugiados
O el dolor de que revisten tu cuerpo desnudo.
Nadie elige la prisión, pero la prisión es más segura que una ciudad en llamas,
Y un carcelero en la noche es preferible
A un camión cargado de hombres con el aspecto de tu padre.
Nadie podría soportarlo, nadie tendría las agallas,
nadie tendría la piel suficientemente dura.
Los: “váyanse a casa, negros”, “refugiados”, “sucios inmigrantes”,
“buscadores de asilo”, “quieren robarnos lo que es nuestro”,
“negros pedigüeños”, “huelen raro”, “salvajes”,
“destrozaron su país y ahora quieren destrozar el nuestro”.
¿Cómo puedes soportar las palabras, las miradas sucias?
Quizás puedas, porque estos golpes son más suaves
Que el dolor de un miembro arrancado.
Quizás puedas porque estas palabras son más delicadas
Que catorce hombres entre tus piernas.
Quizás porque los insultos son más fáciles de tragar que el escombro,
Que los huesos, que tu cuerpo de niña despedazado.
Quiero irme a casa, pero mi casa es la boca de un tiburón.
Mi casa es un barril de pólvora,
y nadie dejaría su casa a menos que su casa le persiguiera hasta la costa,
a menos que tu casa te dijera que aprietes el paso,
que dejes atrás tus ropas, que te arrastres por el desierto,
que navegues por los océanos,
“Naufraga, sálvate, pasa hambre, suplica, olvida el orgullo,
tu vida es más importante”.
Nadie deja su hogar hasta que su hogar se convierta
en una voz sudorosa en tu oído diciendo:
‘Vete, corre lejos de mí ahora.
No sé en qué me he convertido, pero sé
que cualquier lugar es más seguro que éste’.

REFUGIADOS

Mara Galián
Imagina que tú vas en el barco Aquarius con tu hija de nueve meses en brazos.
Imagina que tienes calor y hambre y sed.
Imagina que tu hija también.
Imagina que ves tierra firme.
Y miras a tu hija y dices por fin.
Y le susurras al oído: Todo va a salir bien.
Imagina que te cierran el puerto y te dicen no.
Imagina que vas a morir.
Y tu hija también.
Imagina qué es ahogarse.
A todos y todas los que preferís que alguien se ahogue a que pise "vuestro" país.
Por miedo a que os perturben en vuestros bienestares.
A que os roben, os quiten vuestros trabajos o vuestras ayudas.
Porque primero están los de "aquí".
A todos y todas los que la vida ajena os da exactamente igual.
Recordaros que estas personas no son cosas.
Sus existencias no valen menos que las vuestras.
Recordaros que estas personas están huyendo.
Igual que huimos en este país alguna vez.
Igual que podremos huir en algún otro momento y ojalá no nos topemos con alguien como tú.
Porque estas personas, repito personas, huyen para dar una simple posibilidad a sus hijos e hijas.
Porque si hay algo que queremos todos es vivir.
Vivir.
Y ahí no hay pero que valga.
Si hay un pero es que no te has enterado de nada.
Es que tu enorme privilegio te ha hecho olvidar de qué están hechas las cosas importantes.
Italia ha cerrado sus puertos y se ha jactado de ello diciendo que es una victoria haber logrado pasar "el muerto" a España.
Eso en ningún caso puede ser una victoria.
Eso es una desgracia.
Una injuria a la humanidad.
A todos y todas los que decís: Mételos en tu casa.
Eso estamos haciendo.
Meterlos en nuestra casa.
Porque este país es también nuestra casa.
Y en esta casa donde come uno comen dos.
Yo no soy de banderas.
No tengo un sentimiento patriótico.
Me cuesta sentirme vinculado a una generalidad algo abstracta producto de unas cuantas circunstancias.
Yo soy así.
Pero al escuchar que este país en el que vivo iba a abrir sus puertos.
Que iba a rescatar y salvar.
Al escuchar a Manuela abriendo los brazos de Madrid.
A Ada y Mónica.
Al ver este nuevo Gobierno diciendo sí.
Me he sentido orgulloso.
Como deben sentirse los aficionados al fútbol cuando gana su equipo.
Mi equipo es el pueblo.
Porque este es un país humilde pero muy digno.
Este es un país matria.
Este es un país feminista.
Un país que cuida.
Un país que cura.
Un país que no olvida los márgenes.
Ni los cuerpos que los habitan.
Este es un lugar bueno.
Para los demás.
Roy Galán