Vistas de página en total

miércoles, 13 de junio de 2018

REFUGIADOS

Mara Galián
Imagina que tú vas en el barco Aquarius con tu hija de nueve meses en brazos.
Imagina que tienes calor y hambre y sed.
Imagina que tu hija también.
Imagina que ves tierra firme.
Y miras a tu hija y dices por fin.
Y le susurras al oído: Todo va a salir bien.
Imagina que te cierran el puerto y te dicen no.
Imagina que vas a morir.
Y tu hija también.
Imagina qué es ahogarse.
A todos y todas los que preferís que alguien se ahogue a que pise "vuestro" país.
Por miedo a que os perturben en vuestros bienestares.
A que os roben, os quiten vuestros trabajos o vuestras ayudas.
Porque primero están los de "aquí".
A todos y todas los que la vida ajena os da exactamente igual.
Recordaros que estas personas no son cosas.
Sus existencias no valen menos que las vuestras.
Recordaros que estas personas están huyendo.
Igual que huimos en este país alguna vez.
Igual que podremos huir en algún otro momento y ojalá no nos topemos con alguien como tú.
Porque estas personas, repito personas, huyen para dar una simple posibilidad a sus hijos e hijas.
Porque si hay algo que queremos todos es vivir.
Vivir.
Y ahí no hay pero que valga.
Si hay un pero es que no te has enterado de nada.
Es que tu enorme privilegio te ha hecho olvidar de qué están hechas las cosas importantes.
Italia ha cerrado sus puertos y se ha jactado de ello diciendo que es una victoria haber logrado pasar "el muerto" a España.
Eso en ningún caso puede ser una victoria.
Eso es una desgracia.
Una injuria a la humanidad.
A todos y todas los que decís: Mételos en tu casa.
Eso estamos haciendo.
Meterlos en nuestra casa.
Porque este país es también nuestra casa.
Y en esta casa donde come uno comen dos.
Yo no soy de banderas.
No tengo un sentimiento patriótico.
Me cuesta sentirme vinculado a una generalidad algo abstracta producto de unas cuantas circunstancias.
Yo soy así.
Pero al escuchar que este país en el que vivo iba a abrir sus puertos.
Que iba a rescatar y salvar.
Al escuchar a Manuela abriendo los brazos de Madrid.
A Ada y Mónica.
Al ver este nuevo Gobierno diciendo sí.
Me he sentido orgulloso.
Como deben sentirse los aficionados al fútbol cuando gana su equipo.
Mi equipo es el pueblo.
Porque este es un país humilde pero muy digno.
Este es un país matria.
Este es un país feminista.
Un país que cuida.
Un país que cura.
Un país que no olvida los márgenes.
Ni los cuerpos que los habitan.
Este es un lugar bueno.
Para los demás.
Roy Galán

No hay comentarios:

Publicar un comentario