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martes, 27 de abril de 2021

INVISIBLE

" El día que me volví
 invisible "

No sé ni en qué día estamos. 
En esta casa no hay calendarios, y en mi memoria los días están hechos una maraña. Me acuerdo de esos calendarios grandes, unos primores, ilustrados con imágenes de los santos que colgábamos al lado del tocador...

Ya no hay nada de eso, todas las cosas antiguas han ido desapareciendo. 
Y yo, yo también me fui borrando sin que nadie se diera cuenta. 

Primero me cambiaron de cuarto, pues la familia creció. Después me pasaron a otra más pequeña aún, acompañada de una de mis biznietas.  Ahora ocupo el cuarto de los trabajos, el que está en el patio de atrás.

Prometieron cambiarle el vidrio roto de la ventana, pero se les olvidó, y todas las noches por allí se cuela un airecito helado que aumenta mis dolores reumáticos. 

Desde hace mucho tiempo tenía intenciones de escribir, pero me he pasado semanas buscando una pluma, y cuando al fin la encontraba, yo misma volvía a olvidar en dónde la había puesto. 

A mis años, las cosas se pierden fácilmente, claro que es una enfermedad de ellas, de las cosas, porque yo estoy segura de tenerlas, pero siempre se desaparecen.
 

La otra tarde caí en la cuenta de que también mi voz ha desaparecido.  Cuando les hablo a mis nietos o a mis hijos, no me contestan.  Todos conversan sin mirarme, como si yo no estuviera con ellos, escuchando atenta lo que dicen. 

A veces intervengo en la conversación, segura de que lo que voy a decirles no se le ha ocurrido a ninguno y que les van a servir de mucho mis consejos, pero no me oyen, no me miran, no me responden. Entonces, llena de tristeza, me retiro a mi cuarto antes de terminar de tomar la taza de café. Lo hago así de repente, para que comprendan que estoy enojada, para que se den cuenta de que me han ofendido y vengan a buscarme y me pidan disculpas. 

Pero nadie viene. 

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