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miércoles, 24 de agosto de 2022

BIODESCODIFICACIÓN POR LAS RODILLAS


Los dolores en las rodillas son aliados 


que nos pueden ayudar a reflexionar sobre nuestra relación con la jerarquía: la dominación y el sometimiento con lo que nos rodea; sobre nuestra excesiva rigidez; e incluso nos puede invitar a dar un repaso autobiográfico de nuestra salida del mundo adolescente.

La rodilla derecha es el padre y símbolo de autoridad, poderes no materiales. La rodilla izquierda es la madre y las fuentes de poder materiales.

La parte de atrás de las rodillas, representa a los abuelos que son nuestros padres verdaderos. De alguna manera, sea físicamente o no, todos tenemos o hemos tenido algún problema de rodilla ya que es uno de los lugares en el que se manifiesta a menudo el ego y nuestra conciencia de la relación espiritual con nuestros padres y con la fuente de la vida.

Las rodillas son la segunda articulación de las piernas. Cargan el peso del cuerpo cuando estamos de pie y se necesitan para caminar, para subir y bajar escalones, para sentarse, para descender, etc.

Las rodillas se relacionan con el orgullo, el sometimiento, la modestia y la humildad.

Representan nuestra capacidad de ceder, de soltar, en nuestra relación con los otros. No querer doblegar las rodillas indica una actitud orgullosa e inflexible. Caer de rodillas es una llamada a la humildad, a que abandonemos la arrogancia o el orgullo respecto a alguna situación que estemos viviendo.

Las lesiones de menisco, constituido por cartílago que hacen posible la articulación y rotación de la rodilla, se producen a causa del sobreesfuerzo. Puede que con una excesiva actividad exterior, huyamos desmesuradamente de solucionar algún conflicto interior. Tras la operación de menisco, los afectados deben restringir el movimiento. A este proceso, sería conveniente que le siguiera una toma de conciencia de cuales son nuestros límites y de que manera los estamos trascendiendo, al tiempo que nos deberíamos preguntar de qué asunto íntimo estamos “queriendo escapar”.

Los dolores en las rodillas son aliados que nos pueden ayudar a reflexionar sobre nuestra relación con la jerarquía: la dominación y el sometimiento con lo que nos rodea; sobre nuestra excesiva rigidez; e incluso nos puede invitar a dar un repaso autobiográfico de nuestra salida del mundo adolescente, por si algo que allí no se terminó de elaborar, sigue llamando nuestra atención a través de alarmas en la zona corporal que representa a esa edad, las rodillas. Si no dedicamos tiempo y energía a solucionar los problemas del “submundo” referidos a lo anterior, todo ese tiempo y energía se concentra en una hiperactividad fuera de nosotros, demasiado orgullosos e inflexibles para admitir que debemos transformarnos, y en esta huida desmesurada, se rompen los límites de nuestra capacidad física, dando problemas en los meniscos.

 

En lugar de vivir estos problemas de salud como algo negativo y sin sentido, sería mejor escucharlos como si de maestros se trataran. Seguro que traen un mensaje sanador para nosotros.

Las rodillas son la segunda articulación de las piernas.

Cargan el peso del cuerpo cuando estamos de pie y se necesitan para caminar, para subir y bajar escalones, para sentarse, para descender, etc.

Como el cuello, se relacionan con la flexibilidad, sólo que ellas hablan de inclinarse y de ser orgulloso, del yo y de la obstinación. Con frecuencia, cuando vanzamos, nos da miedo inclinarnos y nos ponemos tiesos. Y eso vuelve rígidas las articulaciones.

Queremos avanzar, pero no cambiar nuestra manera de ser.

Por eso las rodillas tardan tanto en curarse, porque está en juego nuestro yo.

Las rodillas tardan en curarse porque en ellas están en juego nuestro orgullo y nuestra auto-justificación.

La próxima vez que tenga algún problema con las rodillas, pregúntese de qué está justificándose, ante qué está negándose a inclinarse. Renuncie a su obstinación y aflójese. La vida es fluencia y movimiento, y para estar cómodos debemos ser flexibles y fluir con ella. Un sauce se dobla y se mece y ondula con el viento, y está siempre lleno de gracia y en armonía con la vida.

 

  • Falta de humildad
  • Rigidez mental
  • Resistencia en avanzar
  • Conflicto con la autoridad
  • Arrogancia, obstinación y resistencia que hace que avancemos con sufrimiento
  • Resistencia emocional al curso de los acontecimientos
  • Conflicto irritación mental que nos impide aceptar las cosas
  • Sometimiento a nuestro egoísmo
    1. Humildad
    2. Aceptación
    3. Entrega

    Las rodillas se relacionan con el orgullo, el sometimiento, la modestia y la humildad.

    Representan nuestra capacidad de ceder, de soltar, en nuestra relación con los otros. No querer doblegar las rodillas indica una actitud orgullosa e inflexible.

    Caer de rodillas es una llamada a la humildad, a que abandonemos la arrogancia o el orgullo respecto a alguna situación que estemos viviendo.

    BLOQUEO MENTAL:

    Este dolor te dice que dejes de creer que eres flexible. Recuerda que tu cuerpo siempre quiere advertirte de algo de lo que no eres consciente. No tienes por qué tener miedo de perder el control si aceptas las ideas nuevas de los demás y si permites enfocar tu porvenir o el de aquellos a quienes amas de otra manera. No tienes que seguir creyendo que doblegarte quiere decir arrodillarte ante los demás o ser una persona sumisa.

    Tu inflexibilidad puede provenir del miedo a ser como tus progenitores. Date cuenta de que eres un ser distinto a tus padres y que, aun cuando existan similitudes, tú puedes dirigir.

     

    FUENTE:
    https://bit.ly/33DVvlF


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